Dos trabajadores sociales iban caminando por un parque una tarde cuando escucharon gemidos de dolor suplicando ayuda que provenían de un escondido arbusto. Se dirigieron hacia dicho arbusto y encontraron a un hombre semi-inconciente tirado en un charco de sangre, completamente lleno de horribles hematomas y enormes heridas abiertas.
- ¡Por favor... ayúdenme...se los suplico... me acaban de asaltar y luego me agarraron a golpes.
Los trabajadores sociales lo miraron y de inmediato se dieron la vuelta, prosiguiendo su camino como si nada. Uno le dijo al otro:
- Sabes, la persona que hizo esto realmente necesita ayuda...
.
- ¡Por favor... ayúdenme...se los suplico... me acaban de asaltar y luego me agarraron a golpes.
Los trabajadores sociales lo miraron y de inmediato se dieron la vuelta, prosiguiendo su camino como si nada. Uno le dijo al otro:
- Sabes, la persona que hizo esto realmente necesita ayuda...
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