^^ Risoterapia y absurdeces para la diaria liberación de endorfinas. Buen provecho ^^

El robot-detector de mentiras


Un hombre que tenía la manía de comprarse cosas excéntricas, llegó a su casa una tarde con un inusual máquina antropomorfa, y su esposa, quien estaba acostumbrada a las compras absurdas de su marido - y que ya ni le reclamaba ni le decía nada por eso - lo vio y se extrañó de tal artilugio. Se trataba de un robot cuya función era la de detectar mentiras. Eran las 4:00 de la tarde cuando su hijo Ignacio, de 11 años, llegó a la casa. Ignacio había llegado 4 horas tarde y sin avisar.

- ¿Dónde has estado? - preguntó su padre, enojado - se supone que debías de haber llegado hace 4 horas.

- ¡Ah! Bueno - contestó el crío - lo que pasa es que nos tuvimos que quedar en la biblioteca para hacer un trabajo de equipo, para la clase de geografía

El Robot caminó entonces alrededor del chico que se encontraba sentado junto a la mesa, lo examinó y le metió una tremenda cachetada que lo tumbó de la silla.

- Hijo... - dijo el hombre con una sonrisa de complacencia - no trates de engañarnos. Éste robot es el más eficiente detector de mentiras. Ahora dinos la verdad: ¿A dónde te fuiste después de la escuela?

- ¡Está bien, está bien, ya, ya, hombre, ya! - exclamó el puberto - Fuimos a la casa de Roberto a ver una película

- ¿Y qué película vieron? - preguntó la esposa

- Los diez mandamientos - contestó el niño

El robot se acercó nuevamente a Ignacio y le dió otra bofetada que lo volvió a tirar de la silla.

Con los labios temblorosos y los ojos lacrimosos, el pequeño se levantó del suelo, levantó su silla y se volvió a sentar, mirando temeroso al robot que tenía la mirada clavada en él:

- Está bien...está bien... - confesó el pequeño Ignacio - sí... mentí... vimos una película 3x llamada "La Reina del sexo"

- Debería darte verguenza hijo - dijo el indignado hombre -, cuando tenía tu edad yo nunca le mentía a mis padres.

El robot se dirigió ahora hacia el señor y le metió una bofetada que también lo tiró de la silla.

La esposa se rio a carcajadas, se doblego de la risa y al borde de las lágrimas exclamó:

- ¡Jahaha! ¡¿Eso no te lo esperabas, verdad?! ¡Mira nada más, de tal palo tal astilla!... pero bueno, ya, no es para tanto, no puedes enojarte así con él, a final de cuentas es un chiquillo y lo más importante, es tu hijo.
 

El robot se acercó de inmediato a la esposa y le metió una tremenda bofetada, tirándola de la silla..

No hay comentarios:

Publicar un comentario