Un rabino y un sacerdote chocan en una avenida.
El rabino baja de su auto y auxilia al sacerdote, quien aún se encuentra algo aturdido.
- Padre, ¿se encuentra bien?
- Sí...
- ¿Seguro?, fíjese bien
- Si, sí, estoy seguro
- ¡Gracias al cielo! ¡Esto hay que festejarlo!
El rabino se dirige a su carro maltrecho, saca una botella y le ofrece un trago al sacerdote, quien acepta gustoso para pasarse el susto
- Estamos bien, ¡gracias a Dios! Tómese otro traguito... - dice el rabino y el cura se bebe otro trago.
- Que alegría que estamos bien, padre... tome, un vaso más
Después de un rato y luego de haberse bebido ese tercer vaso, el sacerdote le dice extrañado al rabino:
- Pero, Rabino, que pena, me voy a acabar la botella yo sólo, ¿usted no va a tomar?
- No, gracias. Yo voy a esperar a que llegue la policía..
El rabino baja de su auto y auxilia al sacerdote, quien aún se encuentra algo aturdido.
- Padre, ¿se encuentra bien?
- Sí...
- ¿Seguro?, fíjese bien
- Si, sí, estoy seguro
- ¡Gracias al cielo! ¡Esto hay que festejarlo!
El rabino se dirige a su carro maltrecho, saca una botella y le ofrece un trago al sacerdote, quien acepta gustoso para pasarse el susto
- Estamos bien, ¡gracias a Dios! Tómese otro traguito... - dice el rabino y el cura se bebe otro trago.
- Que alegría que estamos bien, padre... tome, un vaso más
Después de un rato y luego de haberse bebido ese tercer vaso, el sacerdote le dice extrañado al rabino:
- Pero, Rabino, que pena, me voy a acabar la botella yo sólo, ¿usted no va a tomar?
- No, gracias. Yo voy a esperar a que llegue la policía..
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