En un
parque de un pueblo fronterizo en los Estados Unidos, había un
zoológico donde tenían animales exóticos y jardines bonitos y toda la
cosa. Pero un día, los dueños
del zoológico notaron que la gorila que tenían comenzaba a ponerse
muy...emocional. Los dueños cayeron en la cuenta de que la gorila
estaba en celo y pues, no había un gorila macho de su especie que
pudiera satisfacer sus necesidades biológicas propias del alborotamiento
hormonal.
Hicieron algunos cálculos y concluyeron que los gastos de traer otro gorila y mantenerlo ahí un tiempo, iba a salir muy caro. Sin embargo, se les ocurrió, entre bromas, una idea descabellada: sabían que entre el personal del zoológico, tenían a Juan, el encargado de limpiar las jaulas de los animales, un mexicano bonachón, regordete y simpático, que tenía fama de coger con todo lo que se le pusiera en frente, y quizás él se prestaría para complacer a la gorila a cambio de una suma de dinero...
Fuera de broma, esta cuestión tomó tintes serios y decidieron que sí, que le propondrían a Juan, que si se animaba a tener un encuentro sexual con la gorila, a cambio de que le pagaran $500 dólares.
- Oye Juan - se dirigieron a él los gringos
Sí, dígame patrón, a la orden - replicó de inmediato Juan
Hicieron algunos cálculos y concluyeron que los gastos de traer otro gorila y mantenerlo ahí un tiempo, iba a salir muy caro. Sin embargo, se les ocurrió, entre bromas, una idea descabellada: sabían que entre el personal del zoológico, tenían a Juan, el encargado de limpiar las jaulas de los animales, un mexicano bonachón, regordete y simpático, que tenía fama de coger con todo lo que se le pusiera en frente, y quizás él se prestaría para complacer a la gorila a cambio de una suma de dinero...
Fuera de broma, esta cuestión tomó tintes serios y decidieron que sí, que le propondrían a Juan, que si se animaba a tener un encuentro sexual con la gorila, a cambio de que le pagaran $500 dólares.
- Oye Juan - se dirigieron a él los gringos
Sí, dígame patrón, a la orden - replicó de inmediato Juan
- Pues, mira, fijarte que...pues nosotros tener una gorila que...pues...necesita cariño. Es decir, estar en celo y necesitar de un macho, pero bien macho. Y como nosoutros no tener uno, pues...te queríamos proponer si tú...pues...por...¡ehem, ehem!, si por $500 dólares tú querer cogerte a la gorila.
El mexicano lo pensó un poco, se quitó la gorra, se rascó la nunca y tras un minuto de reflexión, les dió una respuesta.
- Pues, mire jefe, sí lo hago, yo sí me la cojo. Pero con 3 condiciones
- ¡Oh! ¿De verdad? Perfectou, y decrinos, ¿cuáles ser esas coundiciones ?
- Uno: No quiero nada de besos, no quiero tener que besar a la gorila.
- Nou, nou, nou preocuparte hombre, sí no querer besar a la gorila nadie obligarte.
- Bueno. Dos: No quiero que me vayan a grabar ni que le vayan a contar de esto a nadie. Imagínense si mi esposa o mis hijos se llegaran a enterar. ¿Entendido?
- Estar bien. Nosoutros no diremos nada a nadie. Palabra.
- Bien, y la tercer condición...se las digo cuando termine.
- Sí, entonces, perfecto.
Entonces, los dos hombres acompañaron a Juan, hasta la jaula de la gorila y cubrieron las rejas para darles privacidad. Se despidieron y dejaron a Juan y a la Gorila en la intimidad.
Se escucharon muchos bramidos y forcejeos y gritos entremezclados de placer y dolor, y ruidos de revolcones, de gozo y...bueno, lo que pasó, y tras 7 minutos de emociones intensas, regresó Juan todo sudado, cubierto de pelos, paja, tierra y fluidos. Se acerca donde estaban los dueños y les dice algo exhausto.
- Listo...y...bueno, en cuanto a la tercer condición es que: ...me van a tener que esperar hasta la siguiente semana para juntar y pagarles los $500 dólares, porque ahorita no los tengo.
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