Un tipo tenía la reputación de ser flojo y tonto y no podía mantener un trabajo. Pero aún así tenía la suerte de que lo contrataran eventualmente. Un día fue contratado en un zoológico y comenzó a trabajar inmediatamente después de haber firmado su contrato. El encargado del área conocía la reputación del tipo, así que le asignó el cuidado de las tortugas.
Ese mismo día, el encargado fue a darse una vuelta para ver como le estaba yendo al nuevo empleado, y se encontró al nuevo vigilante con la mirada perdida y caída frente a la puerta abierta de la jaula de las tortugas. Pero no había ya tortuga alguna.
- ¡¿Pero qué caraj...?! ¡¿Dónde están las tortugas?! - exclamó sorprendido el encargado del área.
- No puedo creerlo... No lo entiendo.... - contestó el lento vigilante - hace un momento estaban ahí y- y... y luego abrí la puerta y de repente ¡Zuuuuuum! ¡Ya no estaban....!
Ese mismo día, el encargado fue a darse una vuelta para ver como le estaba yendo al nuevo empleado, y se encontró al nuevo vigilante con la mirada perdida y caída frente a la puerta abierta de la jaula de las tortugas. Pero no había ya tortuga alguna.
- ¡¿Pero qué caraj...?! ¡¿Dónde están las tortugas?! - exclamó sorprendido el encargado del área.
- No puedo creerlo... No lo entiendo.... - contestó el lento vigilante - hace un momento estaban ahí y- y... y luego abrí la puerta y de repente ¡Zuuuuuum! ¡Ya no estaban....!
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