- Dime, ¿qué hacías en vida? - dijo San Pedro.
- Bueno, yo extraía petróleo, me hice rico, pero no me senté en los laureles - respondió el texano - Repartí todo mi dinero entre toda mi familia, de forma tal que están aseguradas las próximas tres generaciones.
San Pedro dijo:
- Mmmh, bueno, está muy bién. entra. ¡El siguiente!
El segundo de la fila había escuchado la conversación y dijo:
- Yo gané mucho dinero en la bolsa, pero no quise beneficiarme egoístamente, así que yo, al igual que el texano, doné algo de mis ganancias. Doné 5 millones a la Caridad.
- Maravilloso - dijo San Pedro - Adelante. ¿Quién sigue?
El tercero también había oído todo, así que dijo avergonzado:
- Bueno... yo sólo gané quinientos dólares en toda mi vida.
- ¡Carajo! - exclamó San Pedro - ¿Y qué instrumento tocabas?
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