Dos adictos al LSD se encontraban afuera de la casa de uno de ellos y de pronto pasa una ambulancia por la calle.
Los adictos a la dietilamina se llevan las manos a los oídos, luego a las sienes, comienzan a girar viendo hacia el cielo, caen al suelo, se ponen en posición fetal, se arrastran, se levantan, se dejan caer de rodillas, ruedan en el piso, cierran los ojos, jalan sus cabellos, abren los ojos, se ponen a gatear, se recuestan boca abajo, ven las hojas de hierba, los insectos sobre las hojas de hierba, se vuelven a llevar las manos sobre la cabeza, miran directamente al sol, luego sus manos, sus pies...todo en un lapso de 20 segundos.
Luego de que la ambulancia se encontrara ya a kilómetros de distancia de esa calle, uno de los drogadcitos que permanecían tendidos en el suelo en silencio, dice:
- ¡Dios! ¡Por fin!... creí que jamás se terminaría...
Los adictos a la dietilamina se llevan las manos a los oídos, luego a las sienes, comienzan a girar viendo hacia el cielo, caen al suelo, se ponen en posición fetal, se arrastran, se levantan, se dejan caer de rodillas, ruedan en el piso, cierran los ojos, jalan sus cabellos, abren los ojos, se ponen a gatear, se recuestan boca abajo, ven las hojas de hierba, los insectos sobre las hojas de hierba, se vuelven a llevar las manos sobre la cabeza, miran directamente al sol, luego sus manos, sus pies...todo en un lapso de 20 segundos.
Luego de que la ambulancia se encontrara ya a kilómetros de distancia de esa calle, uno de los drogadcitos que permanecían tendidos en el suelo en silencio, dice:
- ¡Dios! ¡Por fin!... creí que jamás se terminaría...
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario