Un reconocido terapeuta sexual estaba haciendo estudios sobre las parafilias, y quería documentarse acerca de las prácticas sexuales en el medio oriente. Del sexo con cabras, para ser más precisos. Primero visitó a un hombre llamado Mohammed, en las orillas de Bagdad:
- Dígame - dijo el terapeuta -, ¿Cuál es el método que utiliza para tener sexo con las cabras?
- Bueno - contestó Mohammed - primero atoro su cabeza entre las ramas de un higo o de un arbusto y luego le llego por detrás.
Luego, el
terapista viajo a Egipto, y entrevistó a un tipo llamado Amar, quien
trabajaba en un banco del Nilo, y le hizo la misma pregunta.
- Primero - contestó Amar - empujo al animal en el lodo y cuando sus patas delanteras se quedan atoradas lo suficiente, entonces la agarro por detrás y se la meto toda
El terapeuta siguió su recorrido por Pakistán y entrevistó a un hombre llamado Alí, quien al ser cuestionado sobre lo mismo, dijo:
- Agarro un palo grueso y pesado y la golpeo en la cabeza, en la espalda, el estómago o a veces en las patas, porque a veces son muy tercas, luego, una vez que el animal ya no puede oponer resistencia, llego por detrás y me la cojo.
Finalmente, el hombre viajo hacia Gaza y visitó a un hombre llamado Abdul, haciéndole por supuesto, la misma pregunta. Abdul contestó:
- Colocó su pata delantera izquierda sobre mi hombro derecho y su pata delantera derecha sobre mi hombro izquierdo, mientras la cabra está parada sobre sus patas traseras, frente a mi y -
- Espere, espere - interrumpió el terapeuta investigador - ¡Esto es algo inusual!
- ¡¿Inusual?! ¿Por qué? ¿Qué quiere decir? - preguntó intrigado el musulmán
- Bueno - continuó el terapeuta - todos los otros entrevistados arremeten por detrás, ninguno de ellos lo hacía de frente.
- ¡¿Qué?! ¡¿Cómo es eso posible?! - exclamó sorprendido Abdul - ¡¿No hay besos?!
- Primero - contestó Amar - empujo al animal en el lodo y cuando sus patas delanteras se quedan atoradas lo suficiente, entonces la agarro por detrás y se la meto toda
El terapeuta siguió su recorrido por Pakistán y entrevistó a un hombre llamado Alí, quien al ser cuestionado sobre lo mismo, dijo:
- Agarro un palo grueso y pesado y la golpeo en la cabeza, en la espalda, el estómago o a veces en las patas, porque a veces son muy tercas, luego, una vez que el animal ya no puede oponer resistencia, llego por detrás y me la cojo.
Finalmente, el hombre viajo hacia Gaza y visitó a un hombre llamado Abdul, haciéndole por supuesto, la misma pregunta. Abdul contestó:
- Colocó su pata delantera izquierda sobre mi hombro derecho y su pata delantera derecha sobre mi hombro izquierdo, mientras la cabra está parada sobre sus patas traseras, frente a mi y -
- Espere, espere - interrumpió el terapeuta investigador - ¡Esto es algo inusual!
- ¡¿Inusual?! ¿Por qué? ¿Qué quiere decir? - preguntó intrigado el musulmán
- Bueno - continuó el terapeuta - todos los otros entrevistados arremeten por detrás, ninguno de ellos lo hacía de frente.
- ¡¿Qué?! ¡¿Cómo es eso posible?! - exclamó sorprendido Abdul - ¡¿No hay besos?!
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