- Bueno... - contestó el tipo -, Simplemente no pude más. Si llegaba un poco tarde al trabajo me decía que tenía comportamientos hostiles, si llegaba temprano, que tenía complejos de anciedad, si llegaba a tiempo, que era un compulsivo, si me quejaba de eso era yo un neurótico, si no decía nada, era un reprimido...
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