En el salón de primero de una escuela primaria del Bronx, la maestra hace un ejercicio para ver si los niños saben el tipo de sonidos que hacen los animales de granja. Les pide que levanten la mano si saben la respuesta correcta.
- A ver - dice alegre la maestra - ¿Quién sabe cuál es el sonido que hace una vaca?
- Yo sé maestra - exclama María, la niña mexicana, levantando la mano - la vaca hace "¡Muuuuuuuuuuu!"
- Muy bien Maria. Ahora, ¿qué sonido hace el borreguito?
- Yo sé, yo sé - dice José, el chico puertoriqueño - es "¡Mee-e-e-e-e-e-e!"
- ¡Muy bien! Así es José, muy bien. A ver... ¿qué sonido hacen los pollitos?
- Yo, yo - dice Juanita, la niña nicaragüense (recordar que es una escuela del Bronx) -, los pollitos hacen "Pio-pio"
- ¡Perfecto Juanita!...
Y así siguió la maestra, y preguntó:
- ¿Y cuál es el sonido que hacen los cerdos?
Toda la clase levantaba la mano con entusiasmo, a excepción de Jamal, un niño negro que se sentaba al final de la fila y a quien se le veía algo fastidiado y con la mirada baja. La maestra notó esto, y para animarlo a participar lo escogió, diciéndole:
- A ver, Jamal, dinos, ¿cuál es el sonido que hacen los cerdos?
El pequeño se levantó sin muchos ánimos, dio un largo y hondo suspiro y gritó:
- ¡Contra la pared, negro hijo de puta! ¡Suelte el arma y ponga las manos sobre la cabeza!
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- A ver - dice alegre la maestra - ¿Quién sabe cuál es el sonido que hace una vaca?
- Yo sé maestra - exclama María, la niña mexicana, levantando la mano - la vaca hace "¡Muuuuuuuuuuu!"
- Muy bien Maria. Ahora, ¿qué sonido hace el borreguito?
- Yo sé, yo sé - dice José, el chico puertoriqueño - es "¡Mee-e-e-e-e-e-e!"
- ¡Muy bien! Así es José, muy bien. A ver... ¿qué sonido hacen los pollitos?
- Yo, yo - dice Juanita, la niña nicaragüense (recordar que es una escuela del Bronx) -, los pollitos hacen "Pio-pio"
- ¡Perfecto Juanita!...
Y así siguió la maestra, y preguntó:
- ¿Y cuál es el sonido que hacen los cerdos?
Toda la clase levantaba la mano con entusiasmo, a excepción de Jamal, un niño negro que se sentaba al final de la fila y a quien se le veía algo fastidiado y con la mirada baja. La maestra notó esto, y para animarlo a participar lo escogió, diciéndole:
- A ver, Jamal, dinos, ¿cuál es el sonido que hacen los cerdos?
El pequeño se levantó sin muchos ánimos, dio un largo y hondo suspiro y gritó:
- ¡Contra la pared, negro hijo de puta! ¡Suelte el arma y ponga las manos sobre la cabeza!
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