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Un ateo muere y va al infierno.
El diablo lo recibe y le da la bienvenida: "bienvenido, déjame mostrarte el lugar".
Ambos van caminando a dar un paseo por un hermoso parque con grandes, verdes y frondosos árboles, plantas y flores de muchos tipos, y el diablo le muestra un palacio diciéndole: "ésta es tu casa, y aquí están tus llaves".
El hombre se alegra, agradeciéndole. El diablo le contesta: "No, no. No me lo agradezcas. Todos merecen un buen y bonito lugar para vivir cuando vienen aquí abajo".
Continuan con el paseo, en donde habían aún más flores y pájaritos cantando. El diablo le muestra después un enorme garage lleno de hermosos autos de lujo.
- Estos son tus carros ahora - dice el diablo, dándole todas las llaves de todos los automóviles. Una vez más, el ateo intenta darle las gracias, pero es también una vez más, interrumpido: "No, no, no, sssshhh... todos aquí abajo merecen tener carros bonitos, ¿cómo podrías dar un paseo por estos lugares sin un auto?"
Prosiguen con la marcha y mientras avanza, el área se vuelve cada vez más hermosa, limpia y elegante. Pájaros de todo tipocan tando melodías preciosas, ardillas corriendo por los pastos y entre las ramas, conejitos comiendo de los pastos, gatitos por todas partes... Y llegan hasta una fuente, en donde los esperaba la mujer más bella, linda y sexy que el ateo jamás había visto sentada en una banca. Ella lo mira, e instantáneamente hay un flechazo, ambos se enamoran a primera vista. El hombre no podía estar más feliz. El diablo, sonriente, dice: "todos merecen tener su alma gemela aquí abajo. No queremos que nadie esté ni se sienta solo".
Y mientras seguían con el paseo, el ateo nota que hay un muro muy alto. Se dirige hacia éste, y observa con total horror lo que había en el otro lado: gente gritando horrizada en total agonía en lagos de lava humeante, mientras pequeños demonios los rodean pinchando con tridentes a éstas pobres almas, mientras que por otras áreas, hay demonios desollando y destazando a otras personas, cabezas y torsos sobre estacas, y muchas otras terribles torturas aconteciendo. Un terrible hedor a azufre inunda el lugar.
- Oye ¡¿qué está pasando ahí?! - pregunta asustado el ateo.
- Ah, eso - contesta el diablo encogiéndose de hombros -, No te preocupes, esos son los cristianos. No sé por qué, pero ellos prefieren ese lugar así..
El diablo lo recibe y le da la bienvenida: "bienvenido, déjame mostrarte el lugar".
Ambos van caminando a dar un paseo por un hermoso parque con grandes, verdes y frondosos árboles, plantas y flores de muchos tipos, y el diablo le muestra un palacio diciéndole: "ésta es tu casa, y aquí están tus llaves".
El hombre se alegra, agradeciéndole. El diablo le contesta: "No, no. No me lo agradezcas. Todos merecen un buen y bonito lugar para vivir cuando vienen aquí abajo".
Continuan con el paseo, en donde habían aún más flores y pájaritos cantando. El diablo le muestra después un enorme garage lleno de hermosos autos de lujo.
- Estos son tus carros ahora - dice el diablo, dándole todas las llaves de todos los automóviles. Una vez más, el ateo intenta darle las gracias, pero es también una vez más, interrumpido: "No, no, no, sssshhh... todos aquí abajo merecen tener carros bonitos, ¿cómo podrías dar un paseo por estos lugares sin un auto?"
Prosiguen con la marcha y mientras avanza, el área se vuelve cada vez más hermosa, limpia y elegante. Pájaros de todo tipocan tando melodías preciosas, ardillas corriendo por los pastos y entre las ramas, conejitos comiendo de los pastos, gatitos por todas partes... Y llegan hasta una fuente, en donde los esperaba la mujer más bella, linda y sexy que el ateo jamás había visto sentada en una banca. Ella lo mira, e instantáneamente hay un flechazo, ambos se enamoran a primera vista. El hombre no podía estar más feliz. El diablo, sonriente, dice: "todos merecen tener su alma gemela aquí abajo. No queremos que nadie esté ni se sienta solo".
Y mientras seguían con el paseo, el ateo nota que hay un muro muy alto. Se dirige hacia éste, y observa con total horror lo que había en el otro lado: gente gritando horrizada en total agonía en lagos de lava humeante, mientras pequeños demonios los rodean pinchando con tridentes a éstas pobres almas, mientras que por otras áreas, hay demonios desollando y destazando a otras personas, cabezas y torsos sobre estacas, y muchas otras terribles torturas aconteciendo. Un terrible hedor a azufre inunda el lugar.
- Oye ¡¿qué está pasando ahí?! - pregunta asustado el ateo.
- Ah, eso - contesta el diablo encogiéndose de hombros -, No te preocupes, esos son los cristianos. No sé por qué, pero ellos prefieren ese lugar así..
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