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Una pareja de ancianos fue a cenar a la casa de otra pareja de ancianos, y luego de haber cenado, las esposas dejaron el comedor y se fueron a la cocina.
Los dos hombres se pusieron a hablar y uno de ellos dijo:
- Anoche fuimos a un nuevo restaurante y la comida estaba deliciosa. Te lo recomiendo mucho.
- ¿Ah, sí? - responidió el otro viejo -, y ¿cómo se llama ese restaurante?
El primer hombre de avanzada edad pensó y pesó pero no lograba recordar, por lo que le preguntó al viejo frente a él:
- ¡Oh, carajo! ¿Cómo se llama esa flor que se la a las personas que quieres? ¿Esa que es roja y que tiene espinas?
- Ah, ¿rosa?
- ¡Exacto, esa!, gracias - contestó el hombre y entonces se giró en su asiento y gritó hacia la cocina:
- ¡Rosa!, ¿cómo se llama ese restaurante a donde fuimos anoche?
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Los dos hombres se pusieron a hablar y uno de ellos dijo:
- Anoche fuimos a un nuevo restaurante y la comida estaba deliciosa. Te lo recomiendo mucho.
- ¿Ah, sí? - responidió el otro viejo -, y ¿cómo se llama ese restaurante?
El primer hombre de avanzada edad pensó y pesó pero no lograba recordar, por lo que le preguntó al viejo frente a él:
- ¡Oh, carajo! ¿Cómo se llama esa flor que se la a las personas que quieres? ¿Esa que es roja y que tiene espinas?
- Ah, ¿rosa?
- ¡Exacto, esa!, gracias - contestó el hombre y entonces se giró en su asiento y gritó hacia la cocina:
- ¡Rosa!, ¿cómo se llama ese restaurante a donde fuimos anoche?
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