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Llega un judío a una funeraria y el dueño lo saluda:
- Hola, Don Samuel, ¿cómo puedo servirle?
- Vengo a contratar sus servicios, mi mujer está muy enferma - contesta el avaro Samuel
- ¡Oh!, entonces me temo que lo que usted debe de hacer es buscar un médico y no a una empresa funeraria - replica preocupado el dueño.
- No, no, nada de eso - contesta empecinado el judío - No tengo dinero para gastar en intermediarios..
- Hola, Don Samuel, ¿cómo puedo servirle?
- Vengo a contratar sus servicios, mi mujer está muy enferma - contesta el avaro Samuel
- ¡Oh!, entonces me temo que lo que usted debe de hacer es buscar un médico y no a una empresa funeraria - replica preocupado el dueño.
- No, no, nada de eso - contesta empecinado el judío - No tengo dinero para gastar en intermediarios..
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