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Estaban Juan, Pedro y Pablo aburridos, por lo cual deciden ir con el abuelo para que les contara alguna historia. El abuelo (que ya estaba chocheando) les pregunta:
- ¿Ya les conté la historia de los leones africanos?
Y los nietos ilusionados y al unísono contestaron:
- ¡Noooooo! ¡a ver, dale abuelo dalee! ¡Cuentalo, cuéntalo!
- Bueno... Fue en el verano del 42. Estaba con mi compadre en el Africa de safari, ibamos avanzando lentamente por la selva cuando de repente nos encontramos rodeados de leones, entonces mi camarada y yo nos miramos y echamos a correr. Me fui por un sendero y me pude dar cuenta que me venía siguiendo un león, por mayor esfuerzo que hiciera el maldito león me iba cortando los pasos - Los pequeños nietos escuchaban asombrados, boquiabiertos - luego empecé a sentir el respirar del león, que ya estaba cerca, ¡entonces éste pega un salto, me doy vuelta y el malnacido cae encima mío! ¡Con la mayor rapidez trato de afirmarle sus afiladas garras y para poder sacármelo de encima tuve que morder lo primero que tuviera encima, que era su oreja la boca la tenía llena de sangre y pelos...
De repente el abuelo es interrumpido por la mamá de los niños quien les pega el grito para almorzar:
- ¡Niños, a comer!
- Pero mamá - replicaron rezongando los peques
- Nada de peros, vamos a la mesa, vamos.
Ya en la mesa, y luego de haber almorzado, los niños le piden al abuelo que reanude la historia, y el abuelo pregunta:
- ¿Cuál historia?
- Esa en que tenías la boca llena de sangre y pelos
- Aaaahhhh - dice el abuelo - ¡Ah, sí! ¡ah, sí! ¡Entonces agarré a la chica, le dí la vuelta, la puse en cuatro y comencé a darle por el culo!
- ¿Ya les conté la historia de los leones africanos?
Y los nietos ilusionados y al unísono contestaron:
- ¡Noooooo! ¡a ver, dale abuelo dalee! ¡Cuentalo, cuéntalo!
- Bueno... Fue en el verano del 42. Estaba con mi compadre en el Africa de safari, ibamos avanzando lentamente por la selva cuando de repente nos encontramos rodeados de leones, entonces mi camarada y yo nos miramos y echamos a correr. Me fui por un sendero y me pude dar cuenta que me venía siguiendo un león, por mayor esfuerzo que hiciera el maldito león me iba cortando los pasos - Los pequeños nietos escuchaban asombrados, boquiabiertos - luego empecé a sentir el respirar del león, que ya estaba cerca, ¡entonces éste pega un salto, me doy vuelta y el malnacido cae encima mío! ¡Con la mayor rapidez trato de afirmarle sus afiladas garras y para poder sacármelo de encima tuve que morder lo primero que tuviera encima, que era su oreja la boca la tenía llena de sangre y pelos...
De repente el abuelo es interrumpido por la mamá de los niños quien les pega el grito para almorzar:
- ¡Niños, a comer!
- Pero mamá - replicaron rezongando los peques
- Nada de peros, vamos a la mesa, vamos.
Ya en la mesa, y luego de haber almorzado, los niños le piden al abuelo que reanude la historia, y el abuelo pregunta:
- ¿Cuál historia?
- Esa en que tenías la boca llena de sangre y pelos
- Aaaahhhh - dice el abuelo - ¡Ah, sí! ¡ah, sí! ¡Entonces agarré a la chica, le dí la vuelta, la puse en cuatro y comencé a darle por el culo!
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