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Un soldado corre desesperado hacia una monja y ya sin aliento le dice:
- Por favor, hermana ¿puedo esconderme debajo de su hábito? Luego se lo explico. Se lo suplico.
La monja acepta y un minuto más tarde dos policías militares llegan corriendo y le preguntan:
- Hermana, ¿ha visto un soldado por aquí?
La monja les contesta:
- Sí, sí, un soldado pasó corriendo hace rato, se fue por allá...
Después de que los policíasmilitares se marcharon, el soldado sale debajo del hábito y le dice:
- No sé cómo agradecerle hermana. ¿Sabe? Yo no quiero ir a Iraq.
- Por favor, hermana ¿puedo esconderme debajo de su hábito? Luego se lo explico. Se lo suplico.
La monja acepta y un minuto más tarde dos policías militares llegan corriendo y le preguntan:
- Hermana, ¿ha visto un soldado por aquí?
La monja les contesta:
- Sí, sí, un soldado pasó corriendo hace rato, se fue por allá...
Después de que los policíasmilitares se marcharon, el soldado sale debajo del hábito y le dice:
- No sé cómo agradecerle hermana. ¿Sabe? Yo no quiero ir a Iraq.
- Te entiendo perfectamente - le responde la monja
El soldado agrega:
- Espero no parecerle grosero hermana, pero Usted tiene un maravilloso par de piernas debajo de ese hábito
- Si hubieras visto un poco más arriba - le responde la monja - también habrías visto un hermoso par de huevos… Yo tampoco quiero ir a Iraq.
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