Una noche, Juan y Pedro, dos buenos amigos que habían salido de cacería a las montañas, se encontraban bebiendo y platicando a la luz de la fogata que habían encendido para asar uno de los renos que habían cazado durante el día.
Juan se levantó para ir a orinar detrás de un arbusto.
Pedro sufrió tremendo susto al escuchar el grito de terror de Juan. Tomó su escopeta y fue corriendo hasta el arbusto donde su amigo se encontraba tirado en el suelo.
- ¡¿Qué paso?! ¡¿Qué paso?!
- Ay...ay... me mordió...me mordió... - dijo Pedro a la vez que apuntaba con el dedo a la responsable de su horror y agonía: una gran serpiente de coralillo.
Sin pensarlo dos veces, Juan disparó su escopeta, volando en mil pedazos al ofidio.
- ¡¿Dónde te mordió?! - preguntó Juan
- ¡Aquí...! - dijo Pedro, tembloroso apuntándose a los testículos! - en los hüevos
- ¡No te preocupes Juan, no te preocupes, voy a pedir ayuda! - dijo Juan tremendamente nervioso
- Pero...ay... ay... me duele... pero... ¿a quién Juan? Estamos en las montañas, el pueblo más cercano está a 50 kilometros... - dijo Pedro, retorciéndose de dolor
- ¡Argh! ¡No digas eso, carajo! - gritó Juan - ¡Ya sé! ¡Voy a llamar a alguna línea de primeros auxilios! ¡Ellos sabrán que hacer!
Inmediatmente Juan salió corriendo por su teléfono móvil que se encontraba junto a otras cosas frente a la fogata y telefoneó a primeros auxilios.
- Primeros auxilios, buenas noches ¿cómo puedo auxiliarlo? - preguntó amablemente la operadora
- ¡Operadora! ¡Operadora! ¡Una víbora ha mordido a mi amigo Pedro en los güevos!
- Ok. Antes que nada, tranquilícese, y dígame, ¿cómo era la serpiente que lo mordió?
- ¡Era... era... era anillada, tenía líneas rojas, negras y amarillas!
- ¡Oh, al parecer se trata de una Micruroides euryxanthus euryxanthus!
- ¡Hábleme en cristiano, maldita sea!
- Se trata de una serpiente de coralillo, su toxina es muy potente y podría matar a su amigo en pocos minutos. ¿Hace cuánto que fue mordido?
- ¡Hace como 2 minutos!
- Entonces no tiene tiempo que perder, debe de llevarlo al centro de salud más cercano - dijo la operadora con toda calma
- ¡Pero estamos en el bosque, en las montañas, el hospital más cercano queda como a media hora de aquí! - gritó Juan desesperado
- Bueno. En ese caso, Usted tendrá que brindarle una maniobra de emergencia a su amigo, aún no es tarde, si hace eso podrá prolongar el tiempo de vida de su amigo e incluso salvarlo.
- ¡Sí, sí! ¡Haré lo que sea! ¡Dígame lo que tengo que hacer!
- Bien. Tendrá que hacer una inscición transversal en el área en donde su amigo fue mordido y acto seguido, succionar y succionar hasta que haya absorbido todo el veneno.
- ... - Juan se quedó anonadad - pe...pero, ¿no hay otra manera?
- Lo siento Señor, pero en su situación es lo único que Ud. puede hacer para salvar la vida de su amigo.
- Pero... ¿está Ud. completamente segura, Señorita?
- Completamente segura. Ahora, vaya y atienda a su amigo lo más rápido posible.
- Bueno... gracias... - dijo Juan desanimado
Luego de esto, Juan colgó el teléfono, se dirigió caminando entristecido a donde se encontraba su amigo Pedro, quien, con dificultades para respirar le preguntó:
- ... ¿Y bien Juan...? ¡Akkh!... ¿qué te... qué te dijeron?
Juan dió un largo y hondo suspiro y dijo:
- Que te vas a morir...
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