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Un hombre despierta en el hospital, luego de un serio y aparatoso accidente.
- ¡Doctor, doctor! - Exclama asustado el hombre -, ¡No siento mis piernas! ¡No puedo sentir mis piernas!
- Pues claro, - contesta el médico, denotando obviedad -, te amputamos los brazos
- ¡Doctor, doctor! - Exclama asustado el hombre -, ¡No siento mis piernas! ¡No puedo sentir mis piernas!
- Pues claro, - contesta el médico, denotando obviedad -, te amputamos los brazos
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