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Dos astronautas se encontraban en el espacio, algo lejos de la tierra. Uno salió a dar un paseo espacial, mientras el otro permaneció adentro. Cuando el astronauta que había terminado su paseo, regresó a la nave y se encontró con que la puerta de la cabina estaba cerrada, así que tocó. No hubo respuesta. Volvió a tocar, y más fuerte ésta vez. Seguía sin haber respuesta. Finalmente, ya enojado, comenzó a golpear la puerta con el canto de la mano lo más fuerte que pudo, y, luego de una veintena de estos golpes, la voz del otro astronauta se escuchó desde el interior de la nave, preguntando: "¿Quién es?".
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