Dos oficiales asignados a reportar la muerte accidental de la esposa de un hombre, tocan a la puerta de la casa del tipo. El hombre abre, los oficiales se quitan el sombrero y le dicen:
- Señor González, lamentamos informarle a esta hora de la noche, algo sobre su esposa, la Señora González.
- ¿Sí? Díganme
- Bueno... - dijo uno de los policías -, tenemos buenas noticias, malas noticias y muy buenas noticias. ¿Cuál quiere escuchar primero?
Temiendo lo peor, el Sr. Gonzáles contestó:
- Este... las malas primero.
- Vale - dijo el policía - Me apena decirle que esta mañana encontramos el cadáver de su esposa en el malecón.
- ¡Oh, Dios mío! - exclamó el Sr. Gonzáles conmocionado, al borde del desmayo, y luego de una momento de titubeo, recordó lo que el oficial le había comentado antes - y -y ... y ¿cuáles son las buenas noticias?
- Bueno - contestó sonriente el policía -, cuando sacaron el cuerpo del agua, tenía tres langostas de 3 kilos cada uno, una docena de cangrejos de buen tamaño y varias truchas atoradas entre sus ropas.
- ¡Oh, Dios! - exclamó el hombre - si esas son las buenas noticias, ¿cuáles son las "muy buenas" noticias?
- ¡Ah! - contestó el policía - que la volveremos a sacar mañana..
..
- Señor González, lamentamos informarle a esta hora de la noche, algo sobre su esposa, la Señora González.
- ¿Sí? Díganme
- Bueno... - dijo uno de los policías -, tenemos buenas noticias, malas noticias y muy buenas noticias. ¿Cuál quiere escuchar primero?
Temiendo lo peor, el Sr. Gonzáles contestó:
- Este... las malas primero.
- Vale - dijo el policía - Me apena decirle que esta mañana encontramos el cadáver de su esposa en el malecón.
- ¡Oh, Dios mío! - exclamó el Sr. Gonzáles conmocionado, al borde del desmayo, y luego de una momento de titubeo, recordó lo que el oficial le había comentado antes - y -y ... y ¿cuáles son las buenas noticias?
- Bueno - contestó sonriente el policía -, cuando sacaron el cuerpo del agua, tenía tres langostas de 3 kilos cada uno, una docena de cangrejos de buen tamaño y varias truchas atoradas entre sus ropas.
- ¡Oh, Dios! - exclamó el hombre - si esas son las buenas noticias, ¿cuáles son las "muy buenas" noticias?
- ¡Ah! - contestó el policía - que la volveremos a sacar mañana..
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