^^ Risoterapia y absurdeces para la diaria liberación de endorfinas. Buen provecho ^^

LSDios

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Un hippie muere y llega a las puertas del cielo. San Pedro lo mira, abre el libro de la vida del hippie, lo lee y le dice:

- Lo siento, pero irás al infierno.

El asombrado hippie, se va caminando amargamente, viendo a través de las rejillas de las puertas del cielo y ve a Dios caminando en la distancia.

- ¡Hey, Dios! - le grita el hippie -, ¡¿Por qué me haces esto?! ¡¿Qué no te acuerdas de aquella vez que yo estaba viajando con ácido (LSD)?! ¡Te vi y tú me dijiste que estaríamos en el cielo infinito para siempre!

Dios lo pensó por un minuto y le contestó:

- Ah, sí. Pero esa vez yo andaba borracho.
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Malas, Buenas y Muy Buenas noticias


Dos oficiales asignados a reportar la muerte accidental de la esposa de un hombre, tocan a la puerta de la casa del tipo. El hombre abre, los oficiales se quitan el sombrero y le dicen:

- Señor González, lamentamos informarle a esta hora de la noche, algo sobre su esposa, la Señora González.

- ¿Sí? Díganme

- Bueno... - dijo uno de los policías -, tenemos buenas noticias, malas noticias y muy buenas noticias. ¿Cuál quiere escuchar primero?

Temiendo lo peor, el Sr. Gonzáles contestó:

- Este... las malas primero.

- Vale - dijo el policía - Me apena decirle que esta mañana encontramos el cadáver de su esposa en el malecón.

- ¡Oh, Dios mío! - exclamó el Sr. Gonzáles conmocionado, al borde del desmayo, y luego de una momento de titubeo, recordó lo que el oficial le había comentado antes - y -y ... y ¿cuáles son las buenas noticias?

- Bueno - contestó sonriente el policía -, cuando sacaron el cuerpo del agua, tenía tres langostas de 3 kilos cada uno, una docena de cangrejos de buen tamaño y varias truchas atoradas entre sus ropas.

- ¡Oh, Dios! - exclamó el hombre - si esas son las buenas noticias, ¿cuáles son las "muy buenas" noticias?

- ¡Ah! - contestó el policía - que la volveremos a sacar mañana.
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Educación y cultura

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Un musulmán toma un taxi en España y le dice al taxista:

- Señor, por favor apague la radio, ya que mi religión prohíbe escuchar música que no sea para adorar a Alláh, porque en el tiempo del profeta no había ni música tan profana, ni radio.

El taxista, lo mira medio molesto y apaga la radio. Luego prende un cigarrillo y el musulmán le toca el hombro y le dice:

- Señor, por favor apague el cigarro. El Islam, religión única y verdadera, no tiene vicios, ya que el profeta no tenía ningún vicio.
 

El taxista detiene el taxi en pleno centro. Se baja y abre la puerta del pasajero.

El musulmán intrigado le pregunta:

- ¿Qué está haciendo?

- ¡Mira, cabrón! - le contesta el taxista - ¡En el tiempo de tu profeta no habían taxis, así que te bajas y esperas un camello, infeliz!
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El temerario acto circense del domador de cocodrilos

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Llega un Circo a la ciudad y una noche, luego de varios números circenses, llega el momento que todos estaban esperando, el espectáculo principal: el Domador de Cocodrilos.

Todos estaban atentos, y luego de la pomposa presentación y de los aplausos. El domador, trae su enorme cocodrilo jalándolo de la cadena atada a su cuello, le da una cachetada al enorme reptil y éste abre su enorme boca, mostrándo sus numerosas filas de dientes grandes y afilados. El domador baja la bragueta de su ajustado pantalón, le propina otra cachetada (aún más fuerte que la primera) y el cocodrilo abre aún más la boca con evidente expresión de enojo. Una cachetada más y entonces, mete su pene erecto en la boca del animal.

El público permanece en silencio. Todos tiemblan, y el corazón les palpita como el de un conejo perseguido por un lobo.

El domador retira el pene y mira hacia el público. La gente comienza a aplaudir y a exclamar "bravo, bravo"El domador jala nuevamente la cadena del cocodrilo, acercándolo más y comienza a golpear con su miembro la cara del encabronado saurio. Luego, desafíando aún más la ira del cocodrilo, se frota los testículos en los ojos y vuelve a introducir su pene erecto, restregándolo contra el paladar y las paredes bucales de la humillada bestia. El domador comienza a masturbarse en las fauces abiertas y del cocodrilo, y ante la menor señal de vacilación de éste último, el domador le propinaba tremendas cachetadas. Y así prosiguió con la penetración oral durante un minuto exacto, a punta de cachetadas.

Finalmente retiró su pene ensalivado del cocodrilo, se dirige ante el asombrado público con el pene en mano y exclama retador:

- ¡¿Hay entre el público, alguien que se atreva a hacer lo mismo?! ¡¿Eh?!

De inmediato, una enérgica mano se irguió de entre los acojonados de las gradas.

- ¡¿Quién?! ¡Levántate! - dice extrañado el domador

La persona que había levantado la mano se levantó de su asiento. Se trataba de un alegre y excitado homosexual, que contestó con su característica entonación afeminada:

- ¡Ay! ¡Sí, sí! ¡Yo, yo me atrevo, Señor Domador! Sólo que no me vaya a pegar tan fuerte como al cocodrilo, ¿vale?
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