.
Luego del nacimiento de su onceavo hijo, una pareja de rednecks decide que ya no quieren tener más hijos, porque no pueden costearse una cama más grande. Así que el esposo va a ver al veterinario y le explica:
- Doc, mi hermana y yo ya no queremos tener más hijos, ¿qué podemos hacer?
- Pues, podemos hacerte una vasectomía, pero es cara - le dice el veterinario -, aunque hay una opción más barata. Ve a tu casa, consíguete un cuete como un martillo o una paloma, enciéndelo y ponlo en una lata de cerveza, luego acerca la lata a tu oído y cuenta hasta 10.
- No soy cirujano cuetólogo - contesta el redneck -, pero ¿cómo se supone que eso me va a ayudar?
- Tú confía en mí - contesta el veterinario
Así que el redneck va a su casa, vacía una lata de cerveza, enciende un par de esos tremendos cuetes, los pone dentro de la lata, se la acerca al oído y comienza a contar con su mano libre:
- 1...2...3...4...5...
Hace una pausa, pone la lata entre sus piernas, y prosigue a contar con la otra mano.
- Doc, mi hermana y yo ya no queremos tener más hijos, ¿qué podemos hacer?
- Pues, podemos hacerte una vasectomía, pero es cara - le dice el veterinario -, aunque hay una opción más barata. Ve a tu casa, consíguete un cuete como un martillo o una paloma, enciéndelo y ponlo en una lata de cerveza, luego acerca la lata a tu oído y cuenta hasta 10.
- No soy cirujano cuetólogo - contesta el redneck -, pero ¿cómo se supone que eso me va a ayudar?
- Tú confía en mí - contesta el veterinario
Así que el redneck va a su casa, vacía una lata de cerveza, enciende un par de esos tremendos cuetes, los pone dentro de la lata, se la acerca al oído y comienza a contar con su mano libre:
- 1...2...3...4...5...
Hace una pausa, pone la lata entre sus piernas, y prosigue a contar con la otra mano.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario