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El director de un hospital psiquiátrico decide realizar una prueba para determinar que pacientes estaban listos para dejar el hospital. Lleva entonces a los pacientes al patio cercado en donde se encontraba una enorme piscina vacía.
Lleva a un paciente hacia el borde de la piscina y dice: "salta"
El paciente, alegre, agarra impulso y se lanza feliz maniobrando un clavado con doble giro. El tipo cae rompiéndose todos los dedos de las manos, con fracturas múltiples en ambos brazos y perdiendo un par de dientes en el impacto. El paciente es sacado de la alberca vacía por los enfermeros.
Se le da la misma instrucción a un segundo, tercero, cuarto y sucesivos pacientes, teniendo como consecuencia, inminentes fracturas y dislocaciones dramáticas en el impacto.
Hasta que, al llegar al último paciente, el doctor le pide a éste que salte, y éste, se rehusa de manera determinada.
El director del hospital psiquiátrico entonces, se alegra, congratulándolo a la vez que sacude su mano con elocuencia:
- ¡Felicidades! ¡Pasaste la prueba! ¡Ahora eres libre de irte! Pero, dime, antes, sólo por pura curiosidad, ¿por qué no quisiste saltar?
- Ah - contesta el paciente -, porque no sé nadar
Lleva a un paciente hacia el borde de la piscina y dice: "salta"
El paciente, alegre, agarra impulso y se lanza feliz maniobrando un clavado con doble giro. El tipo cae rompiéndose todos los dedos de las manos, con fracturas múltiples en ambos brazos y perdiendo un par de dientes en el impacto. El paciente es sacado de la alberca vacía por los enfermeros.
Se le da la misma instrucción a un segundo, tercero, cuarto y sucesivos pacientes, teniendo como consecuencia, inminentes fracturas y dislocaciones dramáticas en el impacto.
Hasta que, al llegar al último paciente, el doctor le pide a éste que salte, y éste, se rehusa de manera determinada.
El director del hospital psiquiátrico entonces, se alegra, congratulándolo a la vez que sacude su mano con elocuencia:
- ¡Felicidades! ¡Pasaste la prueba! ¡Ahora eres libre de irte! Pero, dime, antes, sólo por pura curiosidad, ¿por qué no quisiste saltar?
- Ah - contesta el paciente -, porque no sé nadar
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