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En un hospital psiquiátrico, un grupo de pacientes pasaba sus tardes contándose chistes.
Desafortunadamente, su repertorio era limitado y, muy pronto, se los aprendieron todos de memoria. De hecho, ya no necesitaban contarlos por completo, sólo le asignaban un número al chiste y al final sólo tenían que decir el número de chiste.
Así, un paciente decía "el número 7" y todos se agarraban a carcajadas, luego otro decía "ese me recuerda al chiste número 14, y nuevamente, todos se atascaban de risa, y así, uno de los pacientes dijo "número 15".
Todos se rieron, pero, un paciente en especial, estallo en carcajadas histéricas, derramaba lágrimas de risa, cayó al suelo, rodó, se revolcó, golpeando el piso con los puños, pataleando sin poder controlar sus carcajadas.
Finalmente, luego de varios minutos de euforia incontrolada, se tranquiliza, se levanta del suelo,y nota algunos de sus compañeros lo miran algo desconcertados. El emocionado paciente entonces, se disculpa con el grupo:
- Lo siento, lo siento, perdón, es que ese chiste no me lo sabía.
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